12/06/2014

Elogio de Hans Blumenberg

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Autor: José

El buen lector que es Ricardo Menéndez Salmón nos habla en su blog de la escritora alemana Sibylle Lewitscharoff, editada por Adriana Hidalgo.

Aquí nos interesa por su novela Blumenberg (Adriana Hidalgo 2013) novela inspirada en los últimos años del filósofo Hans Blumenberg, (1920-1996), cuya magnífica obra cíclicamente es elogiada y comentada. Lewitscharoff hace que Blumenberg hable con un león, inspirándose en uno de los libros póstumos editados: Leones, que tuvimos en alemán hace años y del que acabamos de recibir la traducción francesa.
http://www.laie.es/libro/rev-anthropos-239-hans-blumenberg/974083/978-4-400-00239-0
En castellano disponemos de una quincena de libros del autor, entre ellos, La legibilidad del mundo (Paidós, 2000), Tiempo de la vida y tiempo del mundo (Pre-textos 2007), Trabajo sobre el mito (Paidos, 2003) o Salidas de caverna (Antonio Machado libros, 2004), libros tan voluminosos como fascinantes. En España, México o Argentina van apareciendo traducciones de las obras póstumas, que siguen emergiendo en Alemania, ya que estamos hablando de un auténtico grafómano, que escribió decenas de miles de páginas, algunas de un tecnicismo filosófico denso, confrontadas con momentos problemáticos de la fenomenología husserliana, como el monumental Descripción del ser humano (FCE, 2013).
Pues bien, esta semana nos ha llegado un nuevo número de la revista Anthropos, dirigido por uno de los intelectuales españoles más solventes, José Luis Villacañas, un monográfico titulado "Blumenberg: la apuesta por una ilustración tardía", una estupenda y rigurosa introducción a la enorme obra de este filósofo, que hizo hincapié en la metáfora (una obra inicial se titula Paradigmas para una metaforología (Trotta, 2003), pero que también se confrontó con Heidegger, Husserl o Carl Schmitt, con el que tuvo trato epistolar alrededor del tema de la secularización, tal como La legitimación de la Edad Moderna (Pre-textos, 2008) expone.
Su fina erudición, el tejido de historias y anécdotas digno de una Sherezade filosófica, el sano escepticismo, hace de su lectura una auténtica aventura del pensamiento.

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