21/05/2021

Recuerdo de Battiato en Laie, y premio Strega

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Autor: José

Esta semana se ha conocido la muerte del músico italiano Franco Battiato y he recordado el día de Sant Jordi de 2004 en que él y el filósofo siciliano Manlio Sgalambro estuvieron en nuestra librería, dado que esos días presentaban en la Filmoteca su primera película como director, Perdutoamor (2003). Nada más verlos entrar pensé en gastarle una broma a Battiato, como que yo conocía al viejo filósofo que le acompañaba y que él, tan icónico, alto y narizudo, me era desconocido. Le pregunté en italiano: "Perdone, joven, ese anciano que le acompaña no es el gran filósofo Sgalambro?” Sonrió y gritó: “¡Manlio!” y pude saludar a uno de los pesimistas más crueles de la cultura italiana, pero gran letrista de canciones y otras consolaciones, que publicó su primer libro, La muerte del sol, a los 58 años.

Luego he comprobado que ese mismo año, en noviembre, la ya desaparecida editorial Parténope, publicó la traducción de Herido de muerte, de Raffaele La Capria, novela que fue premio Strega en 1961, una de las mejores novelas italianas del siglo XX. Nosotros teníamos el volumen de Opere de Mondadori en la entrada de la librería, y Joan de Sagarra publicó un artículo en La Vanguardia, "La Capria en Laie", con aquella oferta original de regalar una botella de vino de calidad a quien lo comprara —también lo había hecho unos años atrás con algún libro de Bernard Frank (1929-2006).

La sorpresa es que el mismo La Capria (que cumplirá 99 años en octubre del 2021) vino a presentar la novela a la librería en 2005, y muy graciosamente dijo que ya había venido a presentarla en Barcelona en los años 60.

logo del premio strega

De estas anécdotas italianas en Laie, quería remarcar la singularidad del premio Strega, el más prestigioso de las letras italianas, que se otorga desde 1947. Lo han ganado escritores como Pavese, Lampedusa (Il Gatopardo, 1959), Natalia Ginzburg (Lessico famigliare, 1963), Primo Levi (La chiave a stella, 1979), Umberto Eco (Il nome della rosa, 1981), Claudio Magris (Microcosmi, 1997).

El año pasado lo ganó un escritor, Sandro Veronesi (por Il colibrí), que curiosamente ya lo había ganado en 2006, con Caos Calmo. Recientemente, en 2019, Antonio Scurati ganó con el primer volumen de la biografía novelada de Mussolini, M. el hijo del siglo.

Me gusta este premio porque el proceso de selección del ganador dura casi medio año, desde finales de enero, en que salen los primeros libros propuestos, hasta el 8 de julio, q en que se vota la obra vencedora. La singularidad es que el jurado es una entidad de unas 600 personas del mundo de la literatura, la cultura y la escuela, que van votando en varias ocasiones y, de los 50 o más propuestos hasta marzo, seleccionan primero 12, 5 a principios de junio y ya en julio al vencedor. En las fotos de ese día, son típicos la pizarrita donde van apuntando los votos que cada uno de los 5 finalistas va sumando y el licor Strega, que da nombre al premio y del que se entrega una botella al ganador junto al cheque de 5000 euros.

Cada año sigo ese proceso y siempre descubro algún libro interesante: cuando salió el 21 de enero el primer libro propuesto para el premio, mágicamente ya lo teníamos entre la oferta de los libros italianos, el maravilloso Due vite (Neri Pozza Editore) de Emanuele Trevi.

Entre la docena seleccionada hay una novela que me ha encantado, Le ripetizioni de Giulio Mozzi, la primera novela de un experimentado autor de cuento.

También quiero leer el libro autobiográfico de la poeta Maria Grazia Calandrone, Splendi come la vita, aquí aparece el resto de los 12:

Emanuele Trevi ya fue finalista en 2012, con Algo escrito (sobre Pasolini, traducido por Juan Manuel Salmerón Arjona para Sexto Piso), al final ganó Alessandro Piperno por el ajustado margen de 126 votos contra 124. El libro candidato de Trevi de este año es un perfil de dos amigos escritores ya fallecidos, en la línea del anterior, el espectacular Sogni e favole (Ponte alle Grazie, 2019), uno de mis libros favoritos de los últimos tiempos, acaba de salir traducido al francés en Actes Sud, y espero que los lectores puedan disfrutarlo también en catalán y en castellano.

De uno de los dos amigos evocados por Trevi, Pia Pera, la editorial Errata Naturae acaba de sacar Aún no se lo he dicho a mi jardín, una serena despedida de la vida y aceptación de la muerte, rodeada de flores y árboles que cíclicamente asumen el fin y el renacer en la primavera.

Benditos los premios cuando descubren buenos libros y la fama alada difunde la noticia.

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